Huelen mis hombros a vocablos de naranjas.
Te busco en el árbol vacío abierto a tus pasos,
abierto al mundo que caminas y a tus lugares.
En las horas de la mano, yo te busco,
removiendo la noche del espejo
y matando de cansancio a la soledad.
Mi espalda huele a la tinta con que me rezas
porque tú mismo eres mi columna vertebral,
en ti me doblo, me estiro, encorvo el hueso
para nacer a la sorpresa de tu carne.
Y te busco aferrada a tu trazo,
a la huella virgen con la que provocas mi pálpito,
con olor a naranjas y a tinta, yo te busco,
con la piel caliente, imprecisa, más tuya que mía.
Soy las orillas de tu agua, el hueco del umbral que te aguarda.
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2 comentarios:
Esto es lo que yo llamo una poesia 'alta', en una poetica que cambia de dimension a otra donde las palabras hacen fila, ninguna quiere quedarse fuera, todas buscan ser parte de tu creatividad.
Ya desde la primera linea uno presiente que está ante una creacion diferente.
Mi saludo y reconocimiento.
Muchísimas gracias María, tus palabras me honran y emocionan. Mi alma crece cuando se la abraza como tú lo has hecho y así se anima a dar lo mejor de sí. Muchos besos!!
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