Una lira llora su oligarquía
entre violetas indiferentes,
narcóticos acordes
rompen la soledad,
axiomas de sueños
perdidos entre los dedos,
imaginada melodía
que no quiere sonar
llenando el limbo
de la caricia a la piel.
Utópico viaje es éste,
donde mi voz se hace
suspiro peregrino.
Saqueo esta decepción
antagonista,
imposible no romperme
al no comprender,
olvido siempre
el ostracismo
de esta orfandad...
Nadie que me sueñe,
nadie que me abrace,
nadie que apueste
a mecer mis juegos
en la ternura del tiempo,
nadie que mime mi ilusión
al calor de su almario,
nadie que consiga
hacerme sentir mortal...
Duele vivir sintiendo
el mundo tan extremo,
no poder dormir
la oquedad de mi alma
en un abrazo,
no encontrar
la ternura de un gesto
que me defina y comparta.
Quiebro tan lejos,
tan sola,
tan ausente
en esta realidad
donde sólo tengo palabras.
Bastaría un poco de cariño,
acurrucarme en un minuto
plegando un ratito mis alas.
El mundo gira
para separarme de él.
Sólo tengo lágrimas.
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Celsa Barja © 2010
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2 comentarios:
Rimas exCELSAs, que amargas las lágrimas.
Un beso crack!
A veces la soledad poética se ceba, Josep. Pero es pasajera...
Besos!!
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