Empuño el verso
desafiando el hambre
que tengo de ti,
mientras un papel
con arrugas en ruinas
esconde tu nombre.
Me visto de Tiempo
y me perfumo de guerra...
Te reto a fundirte
en la armadura
de mi palabra.
Reúne tus armas
en el punto existencial
del batallón
de mis caricias
más rebeldes...
Cuerpo a cuerpo,
piel con piel,
échale un pulso
al precipicio
donde vacila
el equilibrio de mi carne.
Anda... que necesito
decirte tantas cosas
sin decirlas...
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2 comentarios:
Me gusta el desenfado de los últimos versos, después de cortar cabezas con tu excalibur.
Besos
Si es que en el fondo... soy una pacifista, jajajaja...
Besos, Josep!
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