Me inscribo en el enigma
que te piensa, furtivo,
como huella de un espíritu
que se sustenta de ti.
Te miro, fuera del tiempo,
en los márgenes mismos
donde te siento latir.
Un dedo de anhelo te roza...
Un rubro de beso
se escribe en tu piel...
Una caricia vulnerable
se vuelve subversiva
en su serena desnudez.
Te deseo...
Invoco tu sudor
adherido indeleble
a cada mínimo poro
de mi mapa mudo de mujer,
como el chamán en su rito
de provocar la lluvia,
a cuerpo abierto.
Y así estoy yo,
desafiando la lógica,
pactando paciente
el cataclismo
que nos deje hacer...
Como vigía de tus pasos,
de tu nombre,
planificando la estrategia
de derrotar los días
para alcanzarte,
a ti,
solo,
desnudo de todo,
vestido de mí...
Te deseo y me dueles,
como cicatriz en mi sangre
que me obliga a sentir,
a sentir mi mano
conociendo a tu muslo,
dialogando en su tacto
la controversia que las bocas,
hablándose, se obligan a omitir...
Respirándonos,
uno en el otro,
siendo un mismo fluido
de argentino deseo
en la blanca tormenta
de dos almas gemelas,
cumpliendo su destino
al coincidir...
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2 comentarios:
Precioso poema Celsa, es tan grato siempre pasearse por tus poemas, me alegra que estés de regreso.
Un beso
Gracias Ana, poco a poco... voy muy atrasada, pero conseguiré alcanzaros a todos!! Besos!!
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