No tengo miedo
ni dudas.
Aprehendo,
consumo,
saldo la emoción
en la emoción.
Ser el latido
o no ser nada.
Ser el latido
con su dolor,
su desgarradura,
su lágrima,
su sonrisa,
su anhelo...
Si algún día
me arrancan
los ojos
para que no vea
imposibles
pensando
que así dejaré
de arriesgar,
escribiré
con mis dedos
teñidos de rojo
en el aire.
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Celsa Barja © 2010
martes, 23 de marzo de 2010
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