El silencio es hermoso
cuando es lo que es,
cuando esconde sucinto
es un grito que daña
tanto o más que un tiro.
Por qué te has acercado,
si yo no te busqué,
por qué me has hablado
con versos de registro,
por qué has subestismado
que tengo inteligencia
hasta en la piel,
que veo más allá de los ojos,
que me siento callada
entre Jakin y Boaz,
aunque mi porte
sea humilde y sumiso...
Cómo duele saber y callar,
custodiar la palabra
en el regazo del instinto,
recostar en la Esfinge
la espera y perdonar
cuando empiece a caer,
poema a poema,
lo que pudo ser un dios
y no será ni un mito...
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Celsa Barja © 2010
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2 comentarios:
No sé si será para un Dios o para un mito, o para nada que se parezca, como dice tu último verso. Sea para quien sea, se lo has envuelto en lacito.
Un petó
Me ha salido muy profética... Pero, así es la vida, ni premios ni castigos: consecuencias!
Un beso grande!!
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