Un soneto y diré sencillamente
que me asfixia el silencio de las almas,
las mentiras piadosas de sus calmas
y el jugar olvidándose la mente,
el vender la palabra vulgarmente,
adjetivo buscado para damas
que utilizan los versos como camas,
pretendiendo al poeta solamente.
Que no sé qué es más cruel llegada la hora,
si elevarse cual ángel de futuro
regalando la llave seductora
incapaz de poder abrir un muro,
o el pensar que es a ti a quien enamora,
aunque busques salvarte en un apuro...
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Celsa Barja © 2010
sábado, 27 de marzo de 2010
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2 comentarios:
Que tesoro me he encontrado hoy, voy a beberlo muy despacio, no lo dejes agotar.
¡gracias por compartir tan grandes sentimientos!
Muchas gracias, Francisco!! Celebro que te guste mi poesía. Bienvenido a mi humilde Alquimia.
Un abrazo!
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