Entre viejas calles
del antiguo de la ciudad,
sin ruido,
con las alas batiendo
contra un silencio
de paredes,
con un ballet de Pléyades
perfectas,
con la inmensa sonrisa
de la Luna despierta,
vuelo presintiendo
el viento y su exhalación,
esquivo nubes de techos
con sus resquemores
y sus límites
concretos,
esquivo sin mapa,
sin brújula,
sin tiempo...
Soy en la noche
una luciérnaga,
un gusano hecho luz
en el latido del amor...
Y llego,
volando, volando,
diviso una pista
sin luces que oscila,
aterrizo suavemente
en tu corazón.
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Celsa Barja © 2010
jueves, 25 de marzo de 2010
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