a las huellas y al eco
de tu vida olvidada.
Anota en un último
trozo de papel
un verso, un día,
este gran amor
que, dices,
sólo a mí me proclamas.
Ahí me encontrarás,
echándole un pulso
a tu sombra desnuda,
sosteniendo en un dedo
la voluntad de ese amor
calculado por ti...
Míralo ahora,
dime de nuevo
cuánto me amas...
No lo harás,
te sentirás perdido.
Entonces, calla,
no me digas "te amo"
cuando ni un lugar
me has hecho sentir
mío en un nuestro
de pobre esperanza.
No profanes el altar
que te ofrece el horizonte
ni agites en tu mano
el dado del Tiempo.
No siegues mis sueños
si no tienes un pajar
en el que protegerlos,
no me adornes
con palabras
que no dicen,
que son muertas,
son silencio...
Despégate de mí,
soy infiel a las ausencias.
Quizá mi piel nació vedada,
así soy de todos y de nadie,
mi cuerpo sólo mío.
Soy propiedad privada.
Todos los derechos reservados
Celsa Barja © 2010
2 comentarios:
" no me adornes
con palabras
que no dicen,
que son muertas,
son silencio.."
letras profundas y conmovedorasssss..!!
lujito leerteee..!!
mi cariño entregado en maanoooo...!!
Gracias Gogo, un placer y un orgullo tenerte aquí.
Un abrazo!
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