Quiero jugar de nuevo,
sentir el llanto de la tierra
bajo las cosquillas de mis pies,
tejer margaritas y violetas
con las agujas de los juncos,
sentada al lado de las ranas
que croan un réquiem vital.
Quiero la muñeca de mi infancia,
vestirla con las vísperas de mis cuentos,
regresar al abrazo, al beso, a la caricia...
que hay demasiada noche ante mis ojos
y tengo frío así, desnuda de carne,
tengo frío desnuda de semánticas,
no me entibian estos muros... No...
Quiero jugar para no perderme,
todas mis muertes parecen engañarme,
y huyo al regazo del bosque, lo necesito,
apoyar mi cabeza en su amanecer,
arañarme las manos con helechos,
con arenas, con piedras, con una rama,
hasta borrar los trazos secretos del mundo...
Luego llorar, temporal y perfecta,
con la piel anestesiada y la palabra pura.
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2 comentarios:
Con mi piel "anestesiada" de un abrazo, de un beso...de una caricia...Y de sentir tu poesìa.Quiero.
Hermosa anestesia entonces. Todo lo que nos traiga la dama Poesía ha de llevarnos a dormir la indiferencia, para despertar el sentido, o los sentidos, erizar la memoria y elevarnos a soñar...
Un beso, Celina!!!
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