Yacemos
al otro lado
de la Luna,
sobre las sábanas
de los misterios,
sin pasado ni futuro,
sin consecuencias,
con aguas dulces
humedeciéndonos.
Morimos,
en un beso abierto
de par en par,
con las salivas
escanciadas
en tormenta,
con la sangre
derretida
en la caricia
que a los poros
convierte
en hogueras.
Nos bebemos,
uno en otro,
entregados,
lamiendo
cada pliegue
prohibido,
olvidando
las noches
en que Onán
era ninfa
malherida
entre versos
futivos.
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Celsa Barja © 2010
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2 comentarios:
Celsa Barja en estado puro. Me encanta tu punto trágico-erótico.
Un achuchoncito Celsa
Gracias!!! Hay momentos que mi lápiz me lleva al lado oculto de la luna...
Un beso grande Josep, y un abrazo!!!
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