Tengo un tatuaje en la piel,
ningún estigma bajo ella,
ni en el alma.
Sigo creyendo en el arcos iris
que pinta mi futuro de nada.
Vuelo canciones
con la boca vendada
y cribo caricias
en versos con calma.
Me descalzo del llanto.
Me descalzo de ganas.
Todo miente, ya lo sé,
ni Ítaca tiene coordenadas.
Sólo los ojos no mienten,
cuando se saben leer...
Entonces, sobran las palabras.
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Celsa Barja © 2010
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4 comentarios:
poesía, palabra, que renuncia a la palabra, muy bueno. AURORA
Gracias Aurora. Un abrazo!
Y yo que me descalzo al entrar en tu templo para observar, sin mediar palabras...
Un beso piernecitas
Hola, Josep!!! Puedes hablar, observar y hablar...
Un beso poeta!!
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