No cambio ni me arrepiento de ninguno de mis sueños despierta. Han sido un aliciente, los he escrito y dibujado y sujetado a la pared, para verlos mil veces al día y sacar fuerzas así para conseguirlos... Un sueño es muy importante, para eso hay que creer en él y alimentarlo. Dormida prefiero no soñar, si no descansar... Los sueños que me vengan cuando estoy despierta, cuando pueda ver como se me pone la piel de gallina o se me cae una lágrima. Yo camino como aquel... con los pies en el suelo y mirando al cielo... y si soñando me muero, bendita sea la muerte, que no me hará sufrir... Soy una idealista, convencida y a muerte. Vivo mi mundo, si todo está patas arriba lo levanto soñando, si todo está negro, pinto persianas levantadas... porque necesito soñar para no derrumbarme y convertirme en lo que no quiero... mis noches son muy cortas precisamente por eso, porque cuando cierro los ojos, es la realidad la que sueño.
Celsa Barja © 2010
2 comentarios:
Todos vivimos dos vidas, la nuestra y la que nos ha tocado vivir con los demás. La última es imperfecta e imprevisible, la nuestra se nutre con nuestra imaginación, nuestros sueños, nuestras esperanzas y por el amor propio.
Todo y el alegato, acostumbro a soñar con la lechera en el suelo, no se me fuera a caer...
Que tengas dulces sueños pues...
Dos vidas, como las cuerdas de una bandurria, que ahí están, paralelas, sin confundirse... porque si se confunden la nota sale desafinada... Seguiré soñando...
Dulces sueños, que las musas, duendes y demás habitantes minúsculos de las Letras te conjuren una bonita escena onírica. Besos!!
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