Yo también tuve la facción del hambre
cuando aún no era yo, pero ya estaba.
Busqué mamar en el pecho la flor
de pétalos desmemoriados,
y esquivé preguntas que se dolían por mí,
las que vaticinaban que habría de nacer
en el nido reseco de la palabra bestializada.
Morí, inocente, en cada costado del mundo.
Millones de veces morí.
Morí sola, exánime en el pezón de la miseria,
gateando en la demencia de agonizar,
con la niñez no nacida obstinada en el olvido.
¿Cómo puedo mirarme ahora, en dónde?
¿Cómo puedo no arrancarme los ojos, palabra a palabra?
He nacido muerta en un intersticio colectivo
donde cada día es una tumba invisible,
invisible y pequeña y multiplicada...
Lo opuesto a la vida no son estos huesos
que duermen la voz bajo la tierra o la llama.
Lo opuesto a la vida está sobre este suelo
reducto mínimo entre madera más o menos labrada.
Está en la retina insensible que al consentir cava el hoyo.
En el sema "animal" despojado del "ánima".
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2 comentarios:
Hola mi corazón, me encantó tu comentario en Socedade dos Poetas Mortos. Cada vez que lo desea, puede y visitar! Besos.
Me gustó mucho su página. Me encanta la poesía!
Kleber J G Martins
http://poetasocio.blogspot.com
e-mail: kjgmartins@gmail.com
Muchas gracias!! Celebro que te haya gustado este rincón. Será un placer visitarte.
Besos.
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