Una estría desnuda
viste de calles un mundo de piel.
Y ese mundo circundado
se abre a las estrías de otro mundo,
tan desnudo, tan solo como él.
Se caminan.
Sin nombres. Sin sombras. Sin luces.
Se caminan sin pasos,
con la impronta crédula
de avanzarse y seguirse cual primera vez...
Se alcanzan, entre horas saladas,
paladares hambrientos,
necesario tacto seminal...
¿Para qué?
Para perderse, quizá, estría a estría.
Para extraviar la duple soledad
en un mismo tono de dos alientos y un gemido.
Se fecundan.
En un nada que lo es todo
se estría el espejo arcano de la dermis.
Y se acompañan,,
igual de solos en su complicidad.
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3 comentarios:
mira tu,que inteligente poema! PRECIOSO,BRAVO!
un abrazo enorme,yo te aprecio!
lidia-la escriba
Hay que ser poeta de raza para escribir una poesia asi, que magnifica sos, nunca me pierdo tus trabajos aunque no comente. Abrazos.
Celsa, merece usted pasar a la historia de la poesía. Lo digo en serio, y eso que no soy una persona fácilmente impresionable.
Mi más cordial saludo.
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