Me gustan los diálogos
de corazón a corazón,
de mirada a mirada,
de piel a piel, sin palabras.
Como se hablan los pétalos
enamorados de la violeta,
como le habla el agua
a su lecho de tierra,
como le habla el viento
a la roca sin fechas.
Ese idioma abandonado,
barrido por la conciencia,
en el que ambos somos
más allá de la apariencia.
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Celsa Barja © 2010
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2 comentarios:
A veces una mirada puede ser toda una declaración de amor, a la altura del "buenos días" de la mañana.
Te doy el abrazo que me pediste.
Cierto, Josep... La mirada no miente y qué de cosas se pueden decir con ella...
Gracias por ese abrazo, te lo devuelvo fuerte y con un beso!!!
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