Me soñé desnuda,
extranjera entre tus manos,
me soñé tibia
entre tu cuerpo y el mío,
atrapada
en un eterno despertar
de instantes y vocablos
confundidos.
Me soñé latiendo
en el pulso de tu poema,
entre sábanas de versos
arrugadas, íntimas,
dispuesta al comentario,
a las señas del ansia
de la lengua lasciva.
Me soñé palabra
esculpida entre tus dedos,
trazada desde tu lápiz
lleno de vida,
sílabas contadas
dedo a dedo,
más allá, más,
de un juego prohibido.
Me soñé temblando,
con instinto desbordado,
completa y ausente
de lo que no fuera
tu misterio,
volcada en tu afán,
en tus venas dilatadas,
exclamando queda
"te deseo",
te deseo...
Me soñé soñándote,
apasionado,
llegando al sueño
de mis muslos,
conquistando escondites,
rincones, poblados,
grutas recónditas,
y oasis y desiertos,
y mientras me mordía
los labios,
en el húmedo jardín
de mis labios...
... te comías una fresa.
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Celsa Barja © 2010
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2 comentarios:
Hoy todos soñaremos contigo.
Te ha quedado redondo.
Un beso
Espero que no tengáis pesadillas... Gracias, Josep... Un beso, o dos!
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